Emilia Brito: La academia, un espacio de dominación masculina

En los últimos meses diversas denuncias y movilizaciones realizadas por estudiantes universitarias han logrado visibilizar las importantes desigualdades de género al interior de las universidades. Si bien el foco ha estado puesto sobre el acoso sexual, esta es solo una de las muchas discriminaciones que enfrentan las mujeres en este espacio. Las universidades son un terreno de dominio masculino, con una baja presencia de mujeres en cargos académicos y casi nula presencia en cargos de dirección.

En la Universidad de Chile solo un tercio de los académicos son mujeres y éstas además se concentran en las categorías de menor jerarquía y remuneración. Esta situación se agrava en facultades como la de Economía y Negocios, donde la proporción de académicas alcanza poco más del 15% y éstas perciben sueldos un 40% inferiores a los hombres. En el Departamento de Economía, de 36 académicos solo 3 somos mujeres y los cargos de categorías académicas más altas son solo ocupados por hombres. Ciertamente, la casi nula presencia de mujeres en el estudio de la economía impacta en la baja valoración social que se le otorga al trabajo doméstico y de cuidados y a la escasa responsabilidad que se le atañe al sector privado en cuanto a brecha salarial.

Así, la baja incorporación de las mujeres a la academia tiene importantes consecuencias. Una de ellas es exponer a las estudiantes a situaciones de violencia y vulnerabilidad. Pero la ausencia de mujeres académicas también significa relegar a las mujeres de ciertas áreas del conocimiento e ignorar nuestras realidades y necesidades al momento de generar investigación relevante para las políticas públicas. Para que la academia pueda contribuir a cerrar las brechas de género en áreas como trabajo, salud, pensiones o educación es fundamental que la propia academia avance en la incorporación de mujeres. Para esto, la buena voluntad no es suficiente y que políticas de igualdad salarial, compatibilización de vida laboral y familiar y la implementación de cuotas y medidas afirmativas son indispensables.